Nuestro país, al igual que el resto de este mundo convulso en que vivimos enfrenta situaciones complejas que nos mantienen en una inquietud constante. En muchas ocasiones, ante las acciones de mis congéneres, una sensación de desesperanza inunda el alma.
Hace poco, una joven volibolista, orgullo de nuestro país, fue agredida verbalmente por ser de la raza negra. ¿Cómo es posible que seres humanos sean tan insensibles e ignorantes que insulten y se mofen de otros seres humanos?
Los medios de comunicación nos informan constantemente de diversas situaciones que denotan la incapacidad de una parte considerable de la población para entender y aceptar la diversidad de los seres humanos.
Es una prioridad, tanto del hogar como de la escuela, hacer realidad nuestro derecho fundamental a no ser discriminados por “motivo de raza, color, sexo, nacimiento, origen…” según establece nuestra Carta de Derechos.
Para lograr esta aspiración fundamental de nuestra Constitución es necesario que el sistema educativo incluya en sus ofrecimientos curriculares el tema de la igualdad humana y la urgencia de aprender a vivir en igualdad.